Barbacoa con Carne Ibérica

Un sinónimo del verano y las vacaciones es la barbacoa, una forma milenaria de cocinar que suele venir acompañada de un buen rato con familiares y amigos.

Los habituales de las barbacoas suelen ser hamburguesas, salchichas, pinchos morunos…. no obstante, hay ciertas piezas del Cerdo Ibérico que resultan ideales para el asado en parrilla. Hoy os traemos una guía para saber cuáles son esas piezas que harán perfecta tu barbacoa.

Antes de pensar en la carne es esencial elegir una buena fuente de combustión, podemos optar por el carbón o hacer nosotros las brasas con ramas o leña. La primera opción es la más fácil y segura además de que proporciona una potencia de calor constante, mientras que con la segunda, la carne tendrá más sabor gracias a los aromas que desprenderá la combustión de la propia madera. Recordad que la mejor madera para la barbacoa es la de encina o carrasca.

Para preparar la carne para la parrilla, debemos sacar la carne si la tenemos en la nevera y dejarla a temperatura ambiente aproximadamente una hora antes, no muy cerca de una fuente de calor. Podemos aprovechar también para aromatizar la carne, una marinada de orégano o ajo resultan ideales. La sal o pimienta y otras especias las añadiremos una vez que la carne esté cocinada para que esta mantenga los jugos y no equivocarnos con la cantidad, ten en cuenta que el tamaño de la pieza se reducirá bastante una vez asada.

A la hora de elegir las piezas de carne ibérica podemos encontrar una gran  variedad. Pese a que la mayoría de las piezas del cerdo son válidas para asar en parrilla, hay una serie de cortes cuyas propiedades son óptimas para ello. Para no equivocarnos con las cantidades, calcularemos alrededor de 400 gr de carne por persona.

 

Solomillo Ibérico: Es una de las partes más apreciadas del cerdo. Pese a su tamaño, resulta ideal para la cocción a la brasa o asado.

 

Pluma Ibérica: Es la parte posterior del lomo. De cada cerdo se extraen dos piezas. Es una pieza muy versátil, sin grasa y cuyo asado nos proporcionará una textura tierna y sabrosa.

 

Secreto o Cruceta Ibérica: Próximo al cabecero del lomo, también se extraen dos piezas de cada cerdo. Su textura y su grasa entreverada hacen que sea una muy buena opción para la preparación a la brasa o parrilla. La grasa externa se evaporará con el calor y la interna se infiltrará en la carne con lo que obtendremos una pieza muy jugosa y con gran textura.

 

Presa Ibérica: Se trata de una pieza de 500 gr aproximadamente. Se trata de la pieza con mayor infiltración de grasa intramuscular lo que la hace ideal para la barbacoa. Debido a su tamaño, debemos controlar bien el tiempo de cocción y mantenerla a una temperatura constante para que se cocine su interior.

 

Lagarto y Triángulo Ibéricos: Son piezas muy distintas como podéis observar pero que tienen muy buenas propiedades para su asado en parrilla gracias a la cantidad de magro que contienen.

 

Costilla Ibérica: La pieza por excelencia más usada en las barbacoas. Es  muy versátil y su asado es óptimo gracias a la grasa existente entre el espacio intercostal. No nos olvidemos que la podemos adobar y asar posteriormente.

 

Lágrimas Ibéricas: Es la carne entre las costillas deshuesadas. Con las mismas propiedades de la costilla pero más manejable. Debido a su reducido tamaño debemos controlar su asado y no ponerlas en el lugar de la parrilla con más calor directo.

 

Ya solo queda poner la carne en la parrilla y dejar que se haga lentamente, recuerda que las claves de una buena barbacoa son el tiempo y la paciencia.

Aquí podéis encontrar más información sobre nuestra Carne Ibérica, tanto fresca como congelada. Para más información no dudéis en contactarnos.

Os dejamos más recetas por aquí:

 

Arroz Meloso con Presa Ibérica

Solomillo Ibérico al Pedro Ximénez

Tosta de Higos con Jamón Ibérico

Ensalada de Foie con Jamón Ibérico

 

 

¡Feliz Verano!

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