En los bares, en las tiendas, en exposiciones, en fábricas…. ¡Los jamones siempre están colgados!

Quizás nunca te lo hayas preguntado pero tiene una explicación con un origen muy curioso y que principalmente responde a tres motivos:

El primer motivo responde meramente a la estética. A la hora de exhibir la pieza de Jamón o Paleta la vista de esta colgada ofrece más detalles al espectador.

El segundo motivo y muy importante, tiene que ver con el proceso de curación. Una vez que el jamón ha sido salado, asentado y está preparado para la curación, es fundamental la ventilación y con ello, su posición vertical, para que cuando la pieza “sude”,  la grasa vaya en dirección a la parte inferior donde se colocan las chorreras, las piezas con forma de cono clavadas en el Jamón o Paleta.  Así también se evita la formación de moho y la transpiración es mayor.

El tercer motivo y el más curioso nos remonta a la época de la Inquisición Española, en el siglo XV, instaurada por los Reyes Católicos con el fin de mantener  la fe católica y el cumplimiento estricto de las prácticas cristianas.

Pese a que judíos, musulmanes y cristianos habían convivido en la península durante bastante tiempo sin muchos conflictos, empezó alrededor del siglo XIV una oleada de violencia antijudía  que llevó a la conversión masiva de estos al cristianismo. Con ello, el primer objetivo de la Inquisición fue asegurarse que esos judíos lo practicaban,  ya que se sospechaba que muchos de ellos puertas para dentro de sus casas continuaban las prácticas de su antigua religión.

Para evitar ser descubiertos o eliminar sospechas, muchos de estos judíos conversos cocinaban cerdo en sus casas y acompañaban todos sus platos con esta carne.  ¡Incluso colgaban jamones en las puertas de sus casas! con el objetivo de hacer saber que en esa casa se comía cerdo y, por tanto, no vivía ningún judío.

Así que ya sabes un truco más para aprovechar al máximo tu jamón, ¡colgado sabe mejor!

                     

 

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¡Hasta la próxima!